Con Ana Aristimuño compartimos taller en Bellas Artes, he ido a ver varias de sus muestras y en esta retrospectiva, tuve la oportunidad de apreciar su terremoto sensible No es sorpresa su capacidad de comunicación sensible, el acontecimiento está en la magnitud y fuerza de su obra. Esta muestra retrospectiva idealmente localizada, en los sótanos de un icono de la cultura como la Sala Verdi, es un catalizador de reflexiones: personales, colectivas, identitarias. Es una oportunidad intensiva de responder(se) la cuestión de la función del arte.
La muestra no pide ningún tipo de impostación contemplativa ni base de conocimiento para recorrerla. Desde el comienza invita a relajarte, a asumir los problemas que se tengan, a ironizar aceptándonos y más allá de trascenderlos, convertirlos en virtud. La primera pieza es una pantalla donde vemos a la artista regodearse gracias a un problema. La ejecución es simple, sin recursos aparatosos, algo que se continuará en la totalidad del recorrido. Aunque en la imagen solo se ve a la artista, el mensaje es colectivo, para compartir con quien quiera recibirlo.
De esta primera visita quizá sea apresurado asegurarlo: en lo personal, el momento más contundente es la audioinstalación acompañada de una secuencia de fotografías en la que la autora lee la "Bitácora de viaje en carro", el relato cronológico del proceso de realización de otra obra; una cortina, la que no está en cuerpo presente en la muestra. En su voz, Ana nos relata cómo acompaña semanalmente y activamente a un hurgador en sus tareas de recolección. El resultado de este reciclaje es una pieza dura, cargada de sensaciones, provocaciones y tiránicamente reflexiva.
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Vistas parciales de la muestra "Retrospectiva" Fotos de Facebook: ana.aristimunodeolivera |
Las bitácoras, tanto "...de viaje en carro" como la veintena de bitácoras llevadas en diferentes libretas durante años, son actos privados que hoy el arte les brinda espacio para que podamos hacer uso reflexivo del mismo.
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